Ficha técnica:
Género: Suspenso - Terror
Guión: Douglas Moore (Emilio Saad)
Dibujos: Demián y Emiliano Parmeggiani
Páginas: 11
Publicación: Fantasía Súper Color 143
Fecha: 02/1993
Extras: Adelanto próximo número, índice, portadas
* Escaneo de Juan Carlos Massa.
Sinopsis del capítulo:
Randy se convirtió en el primer
hombre en probar el suero creado por el doctor Murray y los resultados son
sorprendentes. Se siente satisfecho y con mucha más energía que lo normal y
todas las pruebas indican que su capacidad física sigue en aumento. Sabe que ganará
la carrera de saltos en la que va a participar y no le importa todo lo que ha
arriesgado para lograrlo.
La noche anterior a la competencia,
excitado por lo que está por suceder, Randy decide visitar el estadio y
recorrer la pista donde correrá. Allí se encuentra con un gato que juguetea con
un ratón antes de darle el zarpazo final y decide entablar una competencia con
el animal solo para demostrarle su superioridad. Randy siente que se lleva todo
por delante y nada puede detenerlo.
Comentarios del autor acerca de este episodio:
ATENCION: Incluye spoilers acerca de la trama del capítulo.
Este es otro de los episodios
capitales de la serie. Ha llegado el momento de la carrera para cual Randy
viene preparándose desde hace años, en la cual desea triunfar desde siempre y
por la cual se ha hecho inocular un suero que le permite tener la fuerza, la
velocidad y los reflejos de un lobo. Los problemas éticos, que rondan toda la
serie, sólo han aparecido hasta ahora en boca del doctor Murray, el cientifico
que ha descubierto ese suero. Él opina que Randy ganará con trampa.
Pero ni siquiera Murray conoce las
consecuencias, tal vez terribles, que puede traer ese suero. Y Randy, a quien
no le preocupa exponer su vida a cambio del triunfo, piensa que bien se lo
merece.
Como guionista traté de que todos
esos reproches éticos rebotaran en él. La posibilidad de ganar lo absorbe, lo
enceguece. Pero, sin embargo, aparecerán exactamente después de conseguido el
triunfo. Y será el cadáver de un gato callejero la expresión mísera y culpable
de toda esa epopeya.
La noche anterior a la carrera,
Randy, en ese mismo estadio, ha visto a un gato jugar -desde su
superioridad animal- con un ratón
agónico. Tal vez el gato sea perverso, pero Randy no lo es menos. Se propone
ser él, el gato de ese felino callejero. Lo azuza, lo empieza a correr, le gana
fácilmente la carrera. Las comparaciones son obvias: gato y ratón, luego Randy
y gato; y finalmente Randy y los demás atletas en la Gran Carrera. Y no se
puede decir que gana el mejor: más bien gana el que tiene una ventaja
adicional. Es decir, ganan la fuerza y la velocidad de un gato enfrentadas a
las de un ratón; ganan la fuerza y la velocidad de Randy cuadriplicadas por el
suero, frente a un simple gato; y ganan esas mismas condiciones de Randy
compitiendo con las simples posibilidades humanas de los otros atletas.
Recién al recibir el trofeo (y en
plena apoteosis) Randy comprende la gratuidad de su triunfo. Siente -él mismo
lo dice- vergüenza. Y luego, al ver el cadáver del gato, seguramente sentirá
que ese triunfo no sólo es miserable: es perverso, es aberrante, es
destructivo. Sin embargo, nuestro
triunfador, todavía no sabe todo lo que le espera.
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