Ficha técnica:
Género: Suspenso - Terror
Guión: Douglas Moore (Emilio Saad)
Dibujos: Demián y Emiliano Parmeggiani
Páginas: 12
Publicación: Fantasía Anuario 39
Fecha: 01/1993
Extras: Adelanto próximo número, índice y portadas
Habiendo posteado el episodio final de la serie la semana anterior y como adelantamos, a modo de bonus track, presentamos una verdadera curiosidad editorial. Se trata de un episodio extra que la editorial le pidió escribir al autor para retomar la publicación de la serie luego de haberla cancelado varios años. A continuación el mismo Emilio Saad nos cuenta las particulares circunstancias en que se concibió este capitulo y por donde va el argumento del mismo...
Comentarios del autor acerca de este episodio:
ATENCION: Incluye spoilers acerca de la trama del capítulo.
En la editorial se suspendió (vaya a
saber por qué) la publicación de "Yo, la bestia" tras el episodio 12
("Dar la mano"). Pero antes se habían salteado dos o tres episodios
previos. La serie que había salido discontinuada, fue también interrumpida.
Un par de años después se me pidió
que hiciera un episodio de relanzamiento. La serie volvería a publicarse. Más
aún, se publicarían incluso los episodios salteados. Todo esto tenía que ver
con políticas editoriales que cambiaban y con un nuevo director en la revista
Fantasía: Antonio Presa.
Emprender este nuevo capítulo no era
fácil. Había que hacer lo posible para darles cabida a los episodios salteados
y abrir la historia hacia los episodios siguientes.
Hay que decir que el episodio
noveno, el de la transformación en lobo, ya había sido publicado. Por lo tanto,
el lector sabía que había un "hombre lobo", pero no había visto el
episodio de la carrera, que era -en definitiva- la razón por la cual ese
deportista se había expuesto a semejante transformación.
A todo eso yo lo resolví -o creí
resolverlo- con este episodio titulado "El lobo, otra vez". Randy,
aparentemente se decidía a contar "todo" lo ocurrido en su vida y en
su carrera, dando a entender que hasta entonces había sustraído gran parte de
los acontecimientos por vergüenza u horror. Y así salió este episodio que toma
a Randy en pleno ascenso hacia la carrera del triunfo, desesperado por ganar y
furioso con un personaje que encuentra en su camino.
Se trata de un violinista que
desdeña los triunfos y está feliz de ser un perdedor. Randy siente que esto
ofende sus aspiraciones, tal vez sus principios; y parece descartar todos los
esfuerzos que viene haciendo para alcanzar el triunfo. Sobre todo, piensa que
nadie puede querer perder, que eso es antinatural y trata de demostrárselo al
violinista de la manera más cruel y tal vez más perversa. La competencia a todo
precio que rige la serie, aquí está en su apogeo.
Quiero destacar, además, la excelente
caracterización de ese violinista que realizan los dibujos de Demián y
Emiliano.
También quiero señalar que
posiblemente haya un error en la escena final del revólver. Me parece que
faltan un par de cuadros o un explicativo.
Aun así, me gusta este episodio, más
allá de su difícil ubicación dentro de la serie. Y es una prueba de los
curiosos movimientos editoriales, en una época en la que afortunadamente había
una editorial y había movimientos.
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