El emir Abderramán siente que un
sentimiento muy parecido a la soledad ha invadido sus días. Tiene la admiración
y el cariño de sus súbditos, pero aún no ha encontrado el amor. En una de sus
habituales salidas de caza, el emir se encuentra con una mujer a punto de ser
atacada por un león a quien salva la vida. La joven se desmaya en sus brazos y
es llevada al palacio.
Aleaf, tal es el nombre de la
muchacha, agradece al emir lo que hizo por ella y se convierte en su huésped.
La joven le relata su historia de amor con un trovador que paso por su pueblo,
quien prometió regresar por ella, pero nunca lo hizo y eso la llevo a salir en
su búsqueda. Deslumbrado por la muchacha, Abderramán siente que Aleaf puede convertirse en el remedio para
su soledad.
Este episodio, escrito por José Luis Arévalo y con dibujos de Martha Barnes, fue publicado en la revista Intervalo Súper Anual 40, en septiembre de 1991.
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El emir y el amor
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