A pesar de que en las tierras del
norte de España nadie quería a los gitanos, Azucena decidió que la tribu se
instale en la montaña. Su hijo Manrique es un joven aguerrido, pero también es
un trovador que ama su laúd y sus cantos.
Una vieja historia de venganza
ensombrece el corazón de Azucena, cuando era una joven el viejo conde de Luna
acuso a su madre de brujería y la quemo en la hoguera. Ella entonces se
infiltro en el castillo y robo algo que destruyo la vida del hombre. Sin
embargo, su venganza no está completa y ahora pretende que Manrique termine lo
que comenzó años atrás.
El nuevo conde de Luna está
enamorado de la bella Leonor. Un joven trovador comienza a dedicarle a la
muchacha bellas melodías que van ganando su corazón. El conde enterado de lo
que está pasando enfrenta a Manrique, pero el muchacho se lleva a Leonor con
él. La tragedia que los tendrá como protagonistas no ha hecho más que comenzar…
Este
unitario, escrito por Emilio Pino (Emilio Saad) y con dibujos de Angel
Fernández, fue publicado en la revista Intervalo Súper Anual 34, en
septiembre de 1989.
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