El río de nácar se deslizaba por la tapa volcable de un secreter. También era de nácar el puente que cruzaba el río y la japonesita que cruzaba el puente envuelta en un kimono de nácar y bajo la doble sombra de una sombrilla y las ramas de un manzano en flor, desde luego de nácar.
Editado en revista Intervalo Álbum, Nº 124, año XV, de marzo de 1966. Con guión de Josephine Bernard y dibujos de Octavio Moraga.
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