Ya conocemos el talento de José Luis Arévalo, sus escritos nos llegan en lo más profundo de nuestros corazones, hoy, es momento propicio de volver a leer esta oración que magistralmente plasmo en las páginas de Nippur Magnun Todo Color, Nº 3, del 15 de julio de 1982. Con dibujos de Demian Parmeggiani.
(2009)
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