Darío es un ladronzuelo común y corriente que pasa sus días robando autos. Su vida podría haber sido exactamente igual a la de tantos desdichados como él, pero la policía lo sorprende y lo envía a la cárcel. Allí, Darío se hace famoso en poco tiempo y alguien decide que es confiable para encomendarle una tarea. Se trata del signore Micaelo, quien posee una fortaleza en el pabellón cuatro en medio de la cárcel desde donde sigue controlando sus negocios. Un lugar que permanece alejado de los ojos de los guardias y de otros presos.
Desde ese día, Darío comienza a hacer de mensajero entre el pabellón cuatro y el resto del mundo. Lo que ni siquiera sospecha es que de cerca lo observa Testa "el Adivinador".
Este episodio, escrito por Ricardo Ferrari y con dibujos de Ricardo López Llanos, fue publicado en la revista El Tony Todo Color 89, en octubre de 1992.
Descarga:
Próximo episodio:
La respuesta de Caín
No hay comentarios:
Publicar un comentario