Myrna ha crecido en una casona alejada de la ciudad junto a su padre y a su sobreprotectora institutriz, la señorita Perrodon. La muchacha, a punto de cumplir dieciocho años, ha vivido entre libros y músicas de clavecín sin tener prácticamente contacto con nadie del exterior.
Sin embargo, esa vida aburrida y anodina cambia en el momento en que una joven desconocida con ropas de fiesta irrumpe montando un caballo desbocado. Su nombre es Carmilla y no recuerda absolutamente nada de como llegó hasta ahí. Myrna, a pesar de las circunstancias, se siente feliz de tener a una muchacha de su edad en la casa. Además reconoce en Carmilla a una mujer que se le presentó en sueños en su infancia y cree que están predestinadas a ser grandes amigas.
Aprovechando el comienzo de esta miniserie de terror (adaptación de una famosa novela), a continuación seguimos compartiendo con ustedes los interesantes comentarios de Emilio Saad, su autor. En esta ocasión se refiere a la manera en que la editorial encomendaba las adaptaciones de novelas a historieta, así como también al momento en que se decidió incluir el terror en las revistas de Columba y su predilección personal hacia dicho género.
Las novelas
convertidas en series siempre me fueron encomendadas por la editorial. De todas
formas se trataba de versiones y yo estaba autorizado para incluir
circunstancias y elementos nuevos dentro del argumento literario. (También hay
que decir que a estas inclusiones no siempre las hice). Los únicos textos
literarios que elegí yo, fueron los cuentos de Edgard Allan Poe. Hice cuatro:
El gato negro, El corazón delator, La máscara de la muerte roja y El señor
Valdemar. Creo que están entre mis mejores trabajos en historieta.
Particularmente El señor Valdemar cuyo texto original es una especie de
informe. Hubo que hacer una tarea de dramatización y visualización que fue todo
un desafío. Lamentablemente, cuando ya estábamos al borde del dibujo hubo
problemas con el Fondo Nacional de las Artes y el material no se pudo publicar.
Lo mismo pasó con "El resplandor" de Stephen King, que debí suspender
-cuando ya estaba por el cuarto episodio- porque no se consiguieron los
derechos. Aun así, todos esos guiones que no salieron me fueron pagados.
No sé si lo
notaron pero el terror es uno de mis temas preferidos. Además de haber leído
Frankenstein, Drácula, Carmila y etc, desde adolescente me recorría la ciudad
buscando cines que dieran esa clase de películas. Recuerdo haber encontrado
uno, por Villa Devoto que no salía en el diario y estaba especializado en
terror. Daban tres películas seguidas, en continuado. Yo me volví loco. Iba por
allí todas las semanas. Muchos años después, terminé utilizando esa afición, e
incluso ese cine, para escribir un cuento de terror adulto que en su momento
presenté en España.
De modo que
cuando Columba decidió incluir el terror en sus revistas, para mí fue una
fiesta. Y -casualidad o no- yo fui el primer convocado. Esto ocurrió en 1982, después
de Malvinas. Épocas de cambios en el país y en la editorial. Claudio Columba
llegó a hablar conmigo, a modo de broma, de un destape "a nuestra
manera". En fin, me pidieron que adaptara la novela "El exorcista".
Luego a Ricardo Ferrari le encomendaron Drácula. Pero con él, inicialmente, no
hubo acuerdo. En la editorial todavía se resistían al carácter sobrenatural de
la historia de Bram Stoker. Respecto al "El exorcista" no había ese
problema. Todo estaba respaldado por la religión. Era creer o reventar. Más
tarde Ferrari hizo finalmente ese Drácula. Pero las prevenciones ante lo
sobrenatural de alguna forma siguieron, y me parece que llegaron -por ejemplo-
hasta mi serie "Aar".
Tal vez lo
mejor que hice por entonces fue "La Profecía 1" (en realidad creo que
es una de las mejores cosas que hice en toda mi carrera). También me parece
logrado "Frankenstein", donde creo que hay buenas caracterizaciones.
Y, sobre todo, buenas dramatizaciones para dinamizar una novela que en realidad
es un plomo insoportable. (De todas formas, la invención prodigiosa de ese mito
basta para asegurar la genialidad de Mary Shelley; y para colmo lo creó a los
19 años). Yo creo haber sacado un buen partido de las horrendas relaciones
entre el ser y su creador: y de las propias angustias del ser. Y puedo decir,
con orgullo, que, además de los personajes y algunos datos esenciales, es muy
poco lo que le debo a la novela original.
En fin, adapté muchas novelas e hice varias series de terror creadas sólo por mí. No todas ellas salieron, pero todas me fueron pagadas.
Esta miniserie es una versión libre de la novela "Carmilla" (1872) de Joseph Thomas Sheridan Le Fanu. Este episodio, escrito por Douglas Moore (Emilio Saad) y con dibujos de Etzien (Emiliano Parmeggiani), fue publicado en la revista Fantasía Todo Color 48, el 1 de septiembre de 1988.
* Escaneado por Juan Carlos Massa.
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Próximo episodio:
La ventana de Carmilla
Guau, qué curiosidad!! Muchas gracias por el aporte!! O,O
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