Los perros cimarrones siguen a las
tropas como una escolta fúnebre, por esteros y montes, y van bien comidos,
entre aullidos y colmillos babeantes. Luego de haber barrido al batallón de ‘macheteros’,
la artillería se ve obligada a replegarse. El estero se convierte en un
infierno de fuego y sangre, mientras Camacho se queda solo con un sable y llevando
una bandera paraguaya en sus manos, sin saber muy bien por qué. Tiene que dar
un rodeo para volver a las líneas y evitar encontrarse con alguna de las
patrullas de ‘macheteros’, aun así, alguien lo descubre y termina con un balazo
en una pierna.
Ficha de la Historieta
- Gauchesco / 10 páginas
- Por Julio Álvarez Cao / Dibujos de Carlos Casalla
- Edición original / Nippur Magnum Todo Color 25 (08/01/1987)
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