Descubierto el engaño de las tarjetas postales, Greta lo continuó para no desanimar a su madre. Compraba tarjetas con vistas de los lugares más bellos del país, y las enviaba a su propia casa.
Editado en revista Intervalo Álbum, Nº 84, año XIV, en julio de 1964. Adaptación de Josephine Bernard, con dibujos de Daniel Haupt.
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