Moura se afincó en una llanura al abrigo de un montecito junto a Juan, Luis y Nela, sus hijos, sin pedir ni dar nada a nadie. Todo aquel que se acerque al lugar es recibido como enemigo. Un día Toro aparece malherido en las cercanías y Juan y Luis van decididos a librarse de él.
Martín Toro logra evitar que los jóvenes acaben con él, sin embargo, desfallece frente a Moura quien está decidido a ajusticiarlos. Nela detiene a su padre y lo convence de que la deje curar al desconocido. Juan y Luis van a una pulpería para divertirse y olvidar el mal rato. Unos malvivientes aprovechan que los muchachos terminan borrachos para reducirlos y así atacar con toda tranquilidad a Moura y a su hija.
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