Archie y Sabrina han terminado la
filmación de la publicidad del shampoo “Corsario”. Para el músico ha sido un
paso forzoso en pos de conseguir popularidad y poder grabar su primer disco.
Mientras Archie cierra los arreglos
de los temas y elige a los músicos que lo acompañaran en la grabación del disco
debe hacer frente a los avances de Sabrina. La muchacha quiere hacerle ver que
tienen muchas cosas en común, entre ellas la edad, a diferencia de lo que
sucede con Ethel, su representante. Como si esto fuera poco, la misma Ethel se
muestra celosa y le hace planteos acerca de su relación con la joven Sabrina.
El comercial comienza a emitirse por
televisión y el disco sale a la venta y de pronto Archie ve como su popularidad
estalla a la par que sus problemas amorosos se intensifican.
Algunos comentarios que nos ha compartido Emilio Saad sobre este episodio y sobre la serie en sí.
Es
increíble, pero lo empiezo a leer y automáticamente recuerdo todo. Hasta las
circunstancias en que fue escrito. Me parece que está bueno; irónico, casi
humorístico con sus cargadas a la publicidad y ese Archie Wallace rigurosamente
ético, como lo será en toda la serie.
Siempre
pensé que la rebeldía de Archie es su respuesta ética al discutible mundo en el
cual se mueve. Su mirada disconforme siempre tiene que ver con eso. Por eso se
fue del mundo de los negocios y luego por eso mismo se irá del mundo del
espectáculo. Ni siquiera Naruq, su mayor referente, lo conforma. Y el amor -en
su calidad de ídolo- puede ser engañoso y controvertido. Lo hallará, pero no le
será fácil. Sobre todo, para alguien tan exigente y, sobre todo, para alguien
que comienza la serie siendo un decepcionado.
Y la
decepción es un dato esencial en Archie. Cabe pensar, por el prólogo, que ha
sido un cándido. A partir de su primera caída, será un tipo desconfiado,
suspicaz, capaz de erizarse rápidamente. Y, por supuesto, apasionado, exaltado.
En su mismo lenguaje yo traté de expresar esta desmesura. Siempre va a estallar
olímpicamente; con seguridad lleno de malas palabras que no cabían en
Intervalo, pero de las que yo trate de dar una idea.
Y antes que
nada está esa desesperación por la música que parece ser lo único que tiene.
Tan luego él, un tipo al que le sobra todo. Pero bueno, también le sobra ética
y le sobran escrúpulos; y eso lo deja con poco más que su saxo, algunos amigos
(en los cuales no siempre puede confiar) y una mujer que lo quiere pero que no
siempre está a su favor.
Creo que en
algunos episodios como "Vuelvo a mi río", "Saxo a los
gritos", "Ethel" "La ovación" y otros, hay una buena
descripción de la pasión musical y de la forma de sentirla y ejercerla.
Personalmente, me encanta la música: de chico estudié teoría musical y empecé a
intentar algo en piano. En un tiempo -cuando estudiaba periodismo- me planteé
ser crítico musical. Pero, sobre todo, vengo de una familia de músicos por
parte de padre y de madre. Mi viejo, además de médico, era violinista; y con la
música se pagó los estudios. Mi madre era profesora de piano. Y tengo tíos
músicos, tuve abuelos músicos. En fin, por más de una razón disfruté expresando
las sensaciones de Archie ante la música.
Este episodio, escrito por Emilio Pino (Emilio Saad) y con dibujos de Marcos Adan (Gustavo Trigo), fue publicado en Intervalo Súper Anual 43, en septiembre de 1993.
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