(71)
Sonrió con una luz de antiquísimos
dientes. Se volvió más hermosa
que nunca. ¿Cuánto hacía que no
practicaba el peligroso juego de la conquista?
Ella se prestó al juego.
Pero me contó, apenas, los pormenores
que rodeaban su verdad...
Descargar: Pedro Mazzino - Mujer sola, pescando
No hay comentarios:
Publicar un comentario